Es una afección que amenaza la producción citrícola en el mundo. Una vez que el árbol es infectado ya no hay vuelta atrás.
La capacidad destructiva de una enfermedad mantiene en vilo al sector citrícola mundial. Huanglongbing (HLB o Dragón amarillo) es un agente infeccioso que ataca a los árboles y hace que produzcan fruta amarga y con anomalías en su tamaño y forma. El HLB destruye el 30% de la producción citrícola mundial.
Esta enfermedad milenaria -se conoce en China desde el año 1870- hasta el momento no tiene cura y amenaza a la citricultura Argentina –siendo el octavo país productor mundial de cítricos-.
El HLB es causado por la infección de la bacteria α-Proteobacteria Gram-negativa Candidatus Liberibacter (CaL), de la que se han descrito tres especies bacterianas, según el continente en el que se detectó por primera vez.
CaL se transmite por dos especies de insectos Psílidos que se alimentan del floema; y por injerto de yemas infectadas.
En el IBR, el laboratorio de Genómica Funcional Planta-Patógeno, investiga qué proteínas de Candidatus Liberibacter asiaticus (CaLas) podrían actuar como efectores durante su interacción con diferentes cítricos, con el fin de identificar y caracterizar mecanismos de virulencia que permitan desarrollar estrategias biotecnológicas destinadas al diagnóstico y a el control de HLB.
Uno de los datos que preocupa es su capacidad de propagarse rápidamente -por medio de un vector, el psílido Diaphorina citri, que la transmite desde árboles enfermos a árboles sanos- y eso se refleja en una disminución productiva entre 5 y 8 años en las plantas infectadas.
El avance de esta enfermedad es muy rápido y preocupante. En el año 2005, Argentina declaró el “Alerta Fitosanitaria” (Resolución N° 458/05 SENASA) que obliga a denunciar la presencia de síntomas de la enfermedad. El avance de nuevas políticas de prevención surgieron en el marco de un encuentro de la Asociación de Citricultores de Concordia, Entre Ríos junto con funcionarios de gobierno y representantes de instituciones del sector.
Esto se debe a que para nuestro país, cuidar la citricultura es sumamente importante, ya que en la actualidad cuenta con aproximadamente 5.300 productores que abarcan una superficie 130.000 hectáreas, comercializando e industrializando anualmente alrededor de 2.900.000 toneladas de cítricos.
Hasta el momento se desconoce el mecanismo molecular por el cual CaL es capaz de promover la enfermedad y suprimir los mecanismos de defensa de la planta. El aumento en la deposición de calosa y proteínas del floema (proteína P) en los plasmodesmos de las células y poros de los tubos cribosos del floema luego de la infección por CaL sugiere la existencia de una respuesta de defensa inducida en cítricos.
“Los análisis del transcriptoma de cítricos en los diferentes estados de la infección con CaL, muestran la inducción de genes implicados en una gran variedad de procesos biológicos, pero no está claro si la infección bacteriana per se es capaz de inducir una respuesta de defensa, y si lo hace, se desconocen las causas de su ineficiencia”, comenta Celeste Molina, biotecnóloga del IBR, quien está abocada al estudio de esta enfermedad en su trabajo de investigación doctoral.
“El principal desafío en este tema es encontrar un sistema hetérologo apropiado para estudiar esta interacción, dado que CaL no ha podido ser cultivada en condiciones de laboratorio”, concluye Molina.